martes, 12 de abril de 2011

¿SE LO HAS DICHO? Por Melanio Aveinte

(NOTA: Hemos recibido un primer relato para Angelitos Negros y, como corresponde, es bastante negro. Lo firma un tal Aveinte, no sé quién es, sólo conozco a un tal Atreinta, sin duda más alto. Supongo que llegarán más relatos, comentarios o lo que sea sobre el tema, con la negrura de los ángeles. Y vamos al relato.)

….horas así, inmóvil ante a la ventana. De pie, mirando sin ver… No, sin ver no, viendo,… la casa de enfrente,… portal, calle, hay gente en la calle, como todos los días… un día cualquiera… no para ti, desde luego, pero tu quisieras que fuese un día cualquiera… en realidad todo fue bien: familiar, cariñoso, cotidiano, como siempre,… ¿por qué no continuó así?... ¿Quizás porque sabías que no podía continuar así? Pero tu querías que continuase siempre así, siempre… Luces, atardecer, coches, árboles, mirada... Miro, mis ojos son capaces de ver… pese a todo, veo, acaban de encender el letrero amarillo, cafetería Mar Azul... Pienso mar azul. ¿Pienso? ¿Es azul el mar? Cerebro tonto, distraído,... miro, miro, miro,… inmóvil miro… hago un esfuerzo por ver… ¿dónde estás?... te has perdido de nuevo,… un esfuerzo, vuelve… fíjate en algo y di qué es,… miro y veo,… así, céntrate,… un hombre pasea con un perro, lo lleva sujeto de una correa, una bolsa para los excrementos,… por su expresión y el movimiento de sus labios parece estar diciéndole algo al animal,... Un grupo de jóvenes, chicos y chicas… discuten, voces,… todos a la vez, estalla una risa, dos risas,... en la esquina un negro vende cedés piratas, no es el único, a pocos metros otro negro hace lo mismo, y un chino... cedés y duvedés… Los manteros del barrio, reconoces a alguno. Yo reconozco… yo reconozco a alguno; así, háblate en primera persona, no te confundas, no te escapes, no te despistes, porque eres tu,  no otro, eres tu ante la ventana, horas, eres tu antes de situarte ante la ventana, antes también eras tu, no te hables en tercera persona, sino en primera, di yo, yo, yo,… por increíble que te parezca, no que te parezca, no, que me parezca,…
 Casa vieja, apuntalada, ahí, a la derecha... Has desplazado tu mirada hacia la derecha y la has visto, tu mirada y apenas un leve giro de tu cabeza, tu cabeza…no, mi, mi cabeza, porque tengo cabeza, mi cabeza, qué ha pasado con tu… no, con mi cabeza… sigue estando ahí… aunque algo ha pasado con ella, con la cabeza, con… ¡alto!, no digas tu, di mi, algo ha pasado con mi cabeza, dentro de mi cabeza.
Cualquier día le meterán la piqueta… a la casa apuntalada, a ti no, a mi no, o quizás sí, quizás… la piqueta… la piqueta para arrancarte la cabeza… y habrá otro solar... otro solar, cuando metan la piqueta a la casa en ruinas… Ruinas… tu, no digas tu,
 cabrón, nunca mejor dicho, cabrón, no digas tu, di yo… una ruina, eso sí que es una ruina… 
Ahora giras la cabeza hacia el otro lado y miras en diagonal hacia la izquierda… Supermercado Ideal… Eso te creías… eso me creía… Todo Ideal, toda la vida… Ideal…
Entra gente, sale gente,… todos al Ideal…, cargada con bolsas de plástico, llenas, ¿llenas de qué? Y yo qué se, ni lo se ni me importa...
Cerebro tonto, mirada distraída. No pienso, no miro, pero veo... cosas, casas, balcones, bultos, movimientos, no escucho, pero oigo,… voces, un ladrido, alguna moto, coches y más coches... Al menos, eso me parece, que son voces, que es un ladrido, que pasa una moto, que hay una casa apuntalada, que los manteros ofrecen su mercancía, que el supermercado esta abierto... ¿Jurarlo? No lo juraría. ¿Para qué jurarlo?... Cerebro tonto, cerebro lelo, no pienso, no me fijo en nada, no se nada... No quiero… No puedo. No puedo... ¿por dónde se va al principio?...
Suena un móvil,... oigo... ¿oyes?, sí oigo, lo oigo, es un móvil... y suena muy cerca, justo tras de mí, en la mesa... Yo estoy… ¿estoy?, ¿existo todavía? De espaldas a la mesa, mirando por la ventana ¿ventana? Perdido, tonto, lelo, sin un parpadeo, sin un gemido, sin... sin... sin  ¿qué? El móvil sigue sonando... Mi mano derecha parece moverse... Pero hay algo… duro en ella. La noto pegajosa y hay algo duro en ella ¿qué es? Recuerda... no recuerdo. Algo duro en mi mano derecha. Pegajosa. No sé lo que va a hacer. Mi mano derecha. Parece indecisa. ¿Qué quiere hacer mi mano derecha? ¿No ha hecho ya lo que tenía que hacer? Algo duro en ella. Pegajosa. Los dedos se me funden…palmípedo, mano palmípeda. Mi mano derecha se abre, algo cae al suelo, rebota, es algo largo, es algo duro, es algo sucio... sonido... algo golpea el suelo... Largo... sucio... metal.
Mi mano derecha duda... finalmente llega hasta mi cabeza, la recorre desde la frente a la nuca, empujando hacia atrás unos mechones desordenados... algo me ensucia el pelo. El móvil ya no suena.                                                                
También hay una pastelería, justo enfrente... De vez en cuando, compro pasteles. Por lo general, de chocolate. La dependienta esta gorda, es lenta, muy seria... Miro,... miro, veo... En realidad, no veo nada, luz, colores, movimiento,…
Como si me rodease un muro de agua... Agua, mar, azul, cafetería. Mar azul, mar
verde... ¿Y qué?
 El móvil vuelve a sonar. Mi mano derecha, pegajosa y palmípeda, se inquieta y mi cuerpo, al fin, sin orden previa, da media vuelta. ¿Quién le ha hecho girar? Yo no quería volverme… jamás, no volverme jamás… Pero he girado… estúpido, bruto,…
Ahora, la ventana esta a mi espalda y veo la mesa; sobre ella veo ¿veo? Platos, vasos, botellas, tenedores... Desorden... un vaso esta roto, comida sobre el mantel, un tenedor torcido, todo sucio... El móvil está sobre una servilleta roja, suena...Roja... En el suelo hay una figura también roja, un bulto grande, de carne, pintado de rojo, sucio de rojo, un rojo que cubre y mancha la figura, un rojo que se extiende todavía por el suelo, lo ensucia... se filtra por los intersticios del entarimado.
 Mi mano derecha coge el teléfono. En la pantalla. Un nombre, Pedro. Mi mano derecha, según veo ¿veo? también esta manchada de rojo, húmeda todavía, ¿todavía?, ¿todavía?, ¿qué coño quiero decir con todavía?  El móvil se adhiere a la mano, sube hasta mi oreja derecha... Oigo una voz.
“¿Marga?, ¿Marga?... ¿Se lo has dicho?”
Mi mano derecha arroja el teléfono sobre la figura roja que esta en el suelo, sobre el bulto de carne... Choca con su vientre, la parte más roja, de un rojo intenso, oscuro, tan oscuro que me recuerda el miedo. ¿Recordar? ¿Miedo? ¿Quién ha dicho eso? ¿Qué significa eso? Cerebro quieto... Mis ojos se cierran, mis piernas se doblan, mi cuerpo cae de rodillas, mi rodilla ¿cuál?, ¿la derecha, la izquierda? Tropieza con algo... Es un cuchillo, sucio, rojo,... Lo recuerdo, estuvo, ¿cuándo?... en mi mano derecha.
¿Lo recuerdo? Cerebro quieto, cerebro tonto... podría bajar a la calle, comprar unos pasteles, un cedé pirata, entrar en el supermercado, comprar leche, galletas, no queda nada para el desayuno, un par de lechugas, tomates ¿rojos? Tus mejores momentos, empujando el carrito del super, ¡qué tontería!, y ella a tu lado, ofertas, dos por uno, como vosotros, dos en uno, todo intento de separación puede resultar
mortal, imposible sobrevivir por separado, la oferta sólo es válida dos por uno… Yogures, algo de pescado, hace tiempo que no comemos pescado... voz, ¿quién ha dicho eso? ¿El qué? Volver a casa, cargado con las bolsas del super... deja, las llevo yo. Para entonces estaría ya todo limpio, todo en orden, todo en su sitio, todo querido, todo amado, amado bulto…
Me pongo en pie, no lo quiero ver… el bulto rojo…vuelvo a la ventana.
Veo alzarse mis brazos, delante, y veo mis manos moverse… abres la ventana, ¿o no eres tu quien la abre? No, tu no, la abro yo. Llegan más claramente los sonidos callejeros, mis piernas también se mueven, me llevan al balcón… asegúrate… estas cosas no son como para fallar… volverás a verla, ¿no decías quererla?... ahora la verás… no la verás, ten valor, la veré, eso es, la veré,… cinco pisos… se supone que es una dosis suficiente… más que suficiente… te agarras a la barandilla, te impulsas,  saltas, no saltas, salto, salto,… allá voy., nada en el cerebro, sólo el corazón que quema, que te quema, no, que me quema,… como un incendio, caída loca… todavía oyes, a tus espaldas… y ya con solo el aire bajo tus pies… no, bajo mis pies, no eres tu quien muere, soy yo
 Vuelve a sonar el móvil.